El manuscrito 1631 de la Biblioteca Nacional de México es una de las fuentes más ricas para el abordaje de la literatura neolatina novohispana que permite conocer el ambiente y el estado literarios del último cuarto del s. XVI en los colegios jesuíticos. Entre los textos y los géneros más destacados que este documento conserva, cabe mencionar un corpus de églogas comprendidas entre los folios 109v y 116r. Dicho corpus resulta la primera unidad poética que el manuscrito presenta y sobresale no solo por su ubicación sino porque difiere de la temática religiosa que atraviesa a las restantes composiciones. La producción de estas composiciones se ubica entre 1584, año en el que se lleva a cabo el tercer concilio mexicano, y 1629, año del certamen convocado para la canonización de San Felipe de Jesús. Las églogas novohispanas, primeros textos académicos producidos en los colegios jesuitas de la época, escritas con fines pedagógicos para ser recitadas en actos solemnes, demuestran que en el contexto de la literatura neolatina la imitación es el principio de trabajo y la condición del éxito, pero solo a nivel de la forma: los viejos moldes genéricos son llenados con nuevos contenidos que alcanzarán su máximo esplendor y su más alto grado de madurez durante el s. XVIII.
Textos & Estudios 26