Nuestra investigación puede contribuir por un lado a despertar o mantener el interés por la historia de los libros alojados hoy en nuestras bibliotecas, que llegaron a su destino americano tras recorrer el Atlántico en paquetes comerciales o en mudanzas faraónicas vinculadas con emigraciones forzadas. Por otro lado, revitalizamos etapas intermedias de la larguísima historia de los textos clásicos que manifiestan hitos de su recorrido a través del tiempo que implican modos de recepción, de apropiación y de lectura diferentes de los de nuestra época.
Como modernos humanistas lanzados a descubrir manuscritos, salimos a la búsqueda de testimonios ocultos en las bibliotecas y descubrimos datos complementarios para nuestra lectura de las ediciones en papel que nos sorprenden por la precisión, el interés didáctico, la sujeción a los manuscritos en la elección de variantes, la evidencia de un trabajo sobre material textual de primera mano (…) y una serie de peculiaridades que son caminos abiertos para el surgimiento de las nuevas formas de edición.
En este marco, procedemos cronológicamente para recorrer a los autores Salustio, Séneca, Petronio, Apuleyo, Calpurnio Sículo y Marcial, leídos a través de los siglos por editores que son a la vez lectores extradiegéticos de diferentes estilos y horizontes de expectativas.